¿Quién debe firmar el certificado de ignifugación para que sea válido en una licencia?

Cuando un papel lo cambia todo

Te estás peleando con los trámites, sudando con las normativas, y de repente alguien te suelta: “Te falta el certificado de ignifugación firmado por un técnico competente”. Y ahí, como quien se entera tarde del examen, comienzan las prisas. Porque no basta con haber hecho la ignifugación correctamente: si el certificado no lo firma quien debe, no vale de nada. Y sin eso, no hay licencia, ni apertura, ni negocio. Vamos al grano: ¿quién debe firmarlo para que no te lo tiren para atrás en el ayuntamiento?


No cualquiera puede firmar

Lo primero es dejar claro algo: el certificado de ignifugación no puede firmarlo el operario que aplicó el producto, ni el comercial de la empresa, ni un conocido con formación técnica genérica. Debe hacerlo una persona titulada, con conocimientos específicos, experiencia demostrada y, sobre todo, capacidad legal para asumir la responsabilidad técnica. Estamos hablando de un técnico competente: normalmente un ingeniero, arquitecto técnico o técnico en prevención que esté colegiado, que firme con su número y sello, y que respalde que esa ignifugación se ha realizado conforme a normativa.


El papel tiene que estar respaldado por una empresa seria

Detrás de ese técnico debe haber una empresa especializada. No vale cualquiera. Debe ser una compañía que trabaje exclusivamente en ignifugaciones, que tenga experiencia en el sector, que cuente con personal cualificado y materiales homologados. Si contratas una empresa sin registros, sin experiencia o que subcontrata todo, lo más probable es que el certificado acabe en la papelera del técnico municipal. Las empresas serias no solo hacen el trabajo, sino que también lo documentan bien. Esa es la diferencia entre cumplir la ley y perder tiempo y dinero.


El certificado de ignifugación no es un formulario más

Aunque muchos lo ven como un simple requisito administrativo, el certificado de ignifugación es un documento técnico con validez legal. Por eso debe contener información precisa: fecha de intervención, tipo de material ignifugado, superficie tratada, producto aplicado (con ficha técnica), método de aplicación y normativa de referencia (por ejemplo, UNE-EN 13501 o equivalente). Y, sobre todo, debe ir firmado por el técnico competente, con sello de la empresa. Si falta alguno de estos elementos, el ayuntamiento puede rechazarlo sin contemplaciones.


¿Qué relación tiene con la licencia de actividad?

Muchísima. La licencia de actividad exige una serie de medidas de seguridad, y una de ellas —cuando hay riesgo de incendio— es la resistencia al fuego de los materiales. Es aquí donde entra la ignifugación. Si el local tiene estructuras metálicas, techos de madera o elementos decorativos inflamables, el técnico redactor del proyecto exigirá esa protección pasiva. Y sin un certificado válido que acredite que esos elementos han sido tratados conforme a normativa, la licencia se paraliza. No hay atajos.


Los errores más comunes que tumban el certificado

Uno de los errores más habituales es la firma de un técnico no habilitado legalmente. Otro, muy frecuente, es no incluir las fichas técnicas de los productos aplicados. También se da el caso de certificados “genéricos” que no mencionan los metros cuadrados exactos ni el tipo de superficie. Y luego están los que olvidan indicar el número de registro de industria de la empresa aplicadora. El técnico del ayuntamiento no se casa con nadie: si el papel no está completo y legal, lo rechaza. Y vuelta a empezar.


Qué exige el ayuntamiento realmente

Aunque cada municipio puede tener pequeños matices, todos siguen una lógica similar. El certificado debe acreditar que se ha aplicado una protección ignífuga en condiciones seguras, con productos certificados y bajo la supervisión de un técnico cualificado. Si se trata de una nave industrial, un local comercial o un restaurante, el nivel de exigencia puede subir, sobre todo si hay público dentro o riesgo eléctrico. Algunos ayuntamientos incluso piden ensayos de laboratorio o informes de adherencia en determinados casos. Así que mejor prevenir que corregir.


¿Vale un certificado digital o debe ser físico?

Hoy en día, muchos certificados se emiten en formato digital, firmados electrónicamente por el técnico. Esto es totalmente válido, siempre que la firma digital esté reconocida y se pueda verificar. Pero algunos ayuntamientos, sobre todo en trámites presenciales, todavía piden copia física firmada a mano. Por eso, si tienes dudas, lo más práctico es entregar ambos formatos: uno en papel con sello y firma, y otro en PDF firmado digitalmente. Así evitas objeciones absurdas y adelantas el proceso.


Ejemplos reales: cuando el certificado te salva o te hunde

Una franquicia de hostelería en Valencia estuvo tres meses parada por un certificado mal firmado. El técnico que lo firmó era autónomo, sin colegiar, y aunque había hecho bien el trabajo, el documento no tenía validez legal. En cambio, una tienda de ropa en Madrid salvó la inspección porque el certificado incluía fotos, ficha técnica, plano de zonas tratadas y la firma del ingeniero con sello del colegio. No se trata de cantidad, sino de hacerlo bien. El papel correcto abre puertas. El incorrecto las cierra.


Recomendaciones para no fallar

Antes de contratar la ignifugación, pide referencias de la empresa. Verifica que tengan técnicos habilitados, que trabajen con productos homologados y que ofrezcan certificados completos. Pide una copia de ejemplo antes de pagar. Asegúrate de que incluyen su número de registro industrial y el sello del técnico. Y, sobre todo, no firmes la entrega de obra hasta que tengas el certificado en la mano. Muchas veces, el problema no es la obra, sino el papeleo. Y ese error puede costarte tiempo, dinero y mucha frustración.


¿Y si ya lo entregaste mal?

Si ya presentaste un certificado que fue rechazado, tranquilo. Puedes pedir a la empresa que lo rehaga, siempre que cuenten con el técnico adecuado. Si no lo tienen, toca contratar a una empresa profesional que inspeccione el trabajo ya hecho, verifique que todo está conforme, y emita un nuevo certificado válido. En algunos casos, habrá que repetir parte de la aplicación si no hay constancia del producto usado o si no se respetaron los tiempos de secado o capas mínimas. Más vale invertir ahora que perder el proyecto entero.


El certificado es más que un papel

No subestimes el poder de un documento bien hecho. El certificado de ignifugación es una pieza clave dentro del proceso de obtención de licencias. Si lo emite una empresa seria, lo firma un técnico competente, y está completo, no tendrás problemas. Pero si falta un dato, la firma correcta o la normativa aplicable, puedes verte atrapado en el limbo burocrático. La buena noticia: si eliges bien, todo fluye. Confía en profesionales, exige transparencia y revisa los detalles. Tu proyecto lo agradecerá.