El Helmántico vuelve a abrir sus puertas sin licencia del Ayuntamiento y con problemas antiguos

El Helmántico vuelve a abrir sus puertas sin licencia del Ayuntamiento y con problemas antiguos

Hay noticias que huelen a déjà vu. El estadio Helmántico, emblema del fútbol salmantino y testigo de tantas tardes de gloria y decepción, vuelve a abrir sus puertas. Lo hace, sin embargo, bajo una sombra incómoda: sin la licencia del Ayuntamiento de Villares de la Reina y con los mismos problemas estructurales y de mantenimiento que lleva arrastrando desde hace años. Un regreso que, más allá del balón, invita a reflexionar sobre algo mucho más serio: la seguridad contra incendios en recintos deportivos y públicos.

Porque si algo debería ser incuestionable en 2025 es la importancia de contar con sistemas de protección contra incendios certificados, revisados y plenamente operativos. No hablamos de burocracia ni de papeleo, sino de vidas humanas, de la tranquilidad de saber que, en caso de emergencia, todo responde como debe. Por eso, antes de abrir un recinto al público, es esencial conocer incluso el precio extintor 6 kg y garantizar que cada equipo cumple con las normativas vigentes.

Una reapertura con más sombras que luces

El Helmántico reabrió el pasado 2 de noviembre con la apariencia de siempre, aunque tras bastidores la historia era otra. La inspección eléctrica (OCA) ya ha sido finalmente favorable, pero el estadio sigue sin contar con el informe técnico del Ayuntamiento, necesario para la licencia de actividad. Es decir, se jugó un partido ante el Coruxo sin licencia, como tantas veces en su historia reciente. Una práctica que, más allá de la nostalgia, es un riesgo que no puede seguir normalizándose.

Y es que, además de la OCA, el Consistorio exige a la propiedad —Desarrollos Deportivos Empresariales, presidida por Manuel Lovato— la entrega de un certificado de instalaciones contra incendios y sistemas de emergencia plenamente funcionales. También se requiere justificar las superficies de ventilación del estadio y acreditar la existencia de aseos adaptados. Detalles que, si bien pueden parecer menores, son piezas clave en la seguridad de cualquier instalación pública.

La protección contra incendios: un requisito vital y legal

En el ámbito deportivo, la protección contra incendios no es un lujo, sino una obligación. Cada grada, cada pasillo y cada cabina deben estar protegidos por extintores, detectores de humo, señalización y vías de evacuación. Sin embargo, la realidad demuestra que aún hay demasiadas instalaciones que descuidan este aspecto, priorizando la urgencia del calendario sobre la seguridad de los asistentes.

Saber cuánto cuesta equipar correctamente un estadio, un gimnasio o incluso una pequeña empresa con los dispositivos adecuados es fundamental. Por eso, además de los extintores de polvo, conviene conocer productos especializados como este extintor co2 2 kg, diseñado para combatir incendios eléctricos sin dañar los equipos. Pequeñas decisiones que, en caso de emergencia, marcan la diferencia entre un susto y una tragedia.

El abandono visible y las viejas heridas

Quien se acerque hoy al Helmántico notará que, tras la fachada del mito, se esconde una estructura fatigada. Polvo en las cabinas de prensa, cableado improvisado, baños inservibles y zonas clausuradas por su mal estado. A ello se suma la falta de iluminación eléctrica en algunas áreas y el deterioro de la grada de Preferencia, usada por periodistas y personal técnico. Todo un retrato de la negligencia acumulada.

La imagen resulta más preocupante cuando se recuerda que el estadio tiene capacidad para 17.000 personas. ¿Qué pasaría en caso de un incendio o una evacuación de emergencia? La respuesta, por incómoda que sea, es que ni el Ayuntamiento ni los responsables del club pueden mirar hacia otro lado. Porque mantener un recinto abierto sin licencia no solo implica un incumplimiento administrativo, sino una posible multa por no tener licencia de actividad, sanción que puede acarrear consecuencias económicas y legales considerables.

Un problema recurrente en España

Lo del Helmántico no es un caso aislado. En toda España abundan los recintos deportivos, salas de eventos, bares y discotecas que operan sin la licencia correspondiente o con sistemas de seguridad caducados. Y, sin embargo, seguimos sorprendidos cuando ocurre una desgracia. La prevención contra incendios debería ser un reflejo automático, parte de la cultura empresarial y ciudadana, no un trámite que se deja para el final.

Las normativas autonómicas y estatales, como el Real Decreto 513/2017, insisten en la importancia de mantener los equipos revisados cada cierto tiempo. Pero de poco sirve la ley si no se cumple, y menos aún si las inspecciones se sortean con papeles provisionales o promesas de regularización que nunca llegan.

La inversión que salva vidas

Invertir en sistemas contra incendios no es un gasto, sino una garantía. Los extintores, los rociadores automáticos o los detectores de humo son elementos silenciosos que solo se valoran cuando se necesitan. En un estadio como el Helmántico, donde se concentran miles de personas, un solo fallo podría tener consecuencias devastadoras.

Por eso, cuando se habla de precios y presupuestos, conviene recordar que el coste de un extintor o una instalación completa es insignificante frente al valor de una vida o la pérdida total de una infraestructura. En el fondo, se trata de una cuestión de responsabilidad y respeto hacia quienes acuden a esos espacios confiando en que todo está bajo control.

El deber de las administraciones y la responsabilidad compartida

El Ayuntamiento de Villares tiene ahora la tarea de decidir si el Helmántico puede seguir albergando partidos sin la licencia de actividad. Pero también los propietarios deben asumir que la seguridad no es negociable. Si el estadio quiere recuperar su esplendor y su reputación, tendrá que hacerlo cumpliendo la ley, certificando sus instalaciones y garantizando la protección de cada espectador, jugador y trabajador.

Porque abrir las puertas de un recinto no basta; hay que abrirlas con responsabilidad. Lo contrario sería, simplemente, jugar con fuego.

El Helmántico y la lección pendiente

El regreso del Helmántico podría haber sido un símbolo de renacimiento. Pero sin licencia, sin mantenimiento y sin garantías reales de seguridad, se convierte en un espejo incómodo de lo que ocurre en demasiados lugares: se abren las puertas antes de apagar los riesgos. Si algo debería enseñarnos esta historia, es que la protección contra incendios no es opcional y que cada recinto, desde un estadio a una pequeña oficina, debe estar preparado.

Porque cuando la pasión del fútbol se apaga, lo único que queda es la seguridad. Y esa, sin duda, no debería ser negociable.