Una pizzería mundialmente conocida abre en Zaragoza sin licencia… y le cae una multa de 1.500 euros
La escena podría haber sido de postal: una céntrica calle zaragozana, el aroma irresistible del queso fundido, un horno echando humo y decenas de clientes esperando con impaciencia su porción de pizza. Pero no todo lo que huele bien tiene licencia para hacerlo. Y aquí, amigos, es donde comienza la historia de una sanción que podría haberse evitado con algo tan sencillo como cumplir la normativa.
Una apertura con sabor a ilegalidad
Domino’s Pizza, una de las cadenas de restauración más reconocidas a nivel mundial, decidió levantar la persiana de un nuevo local en Zaragoza, concretamente en la calle Alicante, sin disponer de la correspondiente licencia de actividad. ¿El resultado? Una multa de 1.500 euros que deja claro que en esta ciudad no se juega con la normativa urbanística.
No es cuestión de capricho burocrático. La licencia de actividad no es solo un papel. Es una garantía de que el local reúne las condiciones mínimas para funcionar con seguridad: instalaciones contra incendios, ventilación adecuada, insonorización, salubridad y otras exigencias técnicas. Todo ello es esencial para proteger a trabajadores, clientes y vecinos.
En este contexto, es fundamental contar con una licencia de actividad gestionada de forma profesional. Porque lo que empieza con una sanción económica puede acabar en cierre temporal o definitivo del negocio.
Zaragoza no perdona: más sanciones por operar sin permiso
El caso de Domino’s no ha sido aislado. La Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza ha puesto el foco sobre otros locales de hostelería y ocio que también operaban fuera de la legalidad. Entre ellos, el famoso Kebab Rosales, ubicado en la calle Johan Sebastian Bach, se enfrenta también a una multa de 1.500 euros por la misma razón: abrir sin licencia.
Estos casos no solo reflejan una tendencia preocupante, sino también una falta de previsión que podría haberse evitado. Porque si bien es cierto que abrir un negocio en España puede ser una carrera de obstáculos administrativos, hay soluciones al alcance de cualquier emprendedor.
En ciudades como Zaragoza, pero también en el sur de España, contar con asesoramiento especializado es determinante. Por ejemplo, si estás iniciando un proyecto en Andalucía, es fundamental solicitar una licencia de actividad Sevilla que cumpla todos los requisitos autonómicos y municipales. Cada región tiene su propio reglamento, y saltárselo no es una opción.
Los errores también se pagan: licencias mal redactadas
No tener la licencia no es el único error que puede costarte caro. Tenerla mal redactada o incompleta también puede dar lugar a sanciones. De hecho, algunos negocios han tenido que cesar su actividad tras inspecciones que detectaron irregularidades en los documentos presentados al ayuntamiento.
Es por eso que cada día son más los empresarios que revisan a fondo la documentación de sus negocios. Si sospechas que algo no está bien en tu caso, no lo dejes pasar. Aquí tienes cinco señales de que tu licencia de actividad puede estar mal redactada y cómo solucionarlo antes de que lleguen los inspectores municipales.
Más allá de las pizzerías: sanciones que se repiten
El bar Casa Darío, situado en Francisco de Vitoria, ha sido otro de los nombres propios de esta semana. En su caso, no solo se enfrenta a una multa por carecer de licencia de funcionamiento, sino también por no contar con licencia urbanística, lo que eleva la sanción a 2.000 euros. Un castigo doble que podría haber tenido un coste aún mayor si se hubiera producido algún incidente técnico o sanitario.
Lo mismo ocurre con el gimnasio Fit Activa, ubicado en la calle Fertrudis Gómez Avellaneda, que se enfrenta a la misma cuantía económica por la doble infracción. En estos casos, la falta de planificación previa puede dinamitar meses —o incluso años— de trabajo, inversión y esfuerzo empresarial.
Y en el ocio nocturno… también se vigila
No solo los restaurantes están bajo el radar. El local Santissimo, ubicado en el centro comercial El Caracol del Paseo Independencia, podría recibir una multa de 600 euros por no contar con el seguro obligatorio para el desarrollo de su actividad. Un error más habitual de lo que parece y que, en el mundo del ocio nocturno, puede tener consecuencias gravísimas si se produce un incidente en horario de máxima afluencia.
Las licencias no son una opción, son una obligación
El caso de la pizzería sancionada es un ejemplo de libro: abrir sin licencia no solo puede empañar la reputación de una marca mundialmente conocida, sino suponer un coste económico significativo y un varapalo legal. Lo que debería haber sido una historia de éxito empresarial en Zaragoza ha acabado en titular de prensa, y no precisamente positivo.
La normativa está para cumplirla. Y más en un sector tan delicado como el de la hostelería, donde confluyen alimentos, fuego, maquinaria, y atención directa al público. La obtención de una licencia de actividad no es solo una barrera administrativa: es un proceso de validación de que un local es seguro, higiénico y está preparado para acoger a personas sin poner en riesgo su integridad.
Así que antes de encender los hornos, abrir las puertas o servir el primer plato, mejor repasar la normativa, rodearse de asesores competentes y asegurarse de que todo está en orden. Porque en Zaragoza, como en cualquier otra ciudad española, abrir sin papeles puede salir muy caro. Y no lo decimos nosotros, lo dice el BOA… con cifras, apellidos y sanciones.