¿Tu local era una tienda? Cómo adaptarlo para licencia de restaurante

De tienda a restaurante: más común de lo que parece


Muchos emprendedores se encuentran con un local disponible que antes fue tienda de ropa, papelería o incluso una agencia de viajes. Y se preguntan: ¿puedo convertirlo en un restaurante? La respuesta es sí, pero no es tan simple como poner mesas y una cafetera. Hay un proceso técnico, legal y operativo que debes tener claro antes de lanzarte. En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber para transformar tu antiguo local comercial en un restaurante con todas las de la ley.

Revisar lo que dice el Ayuntamiento, paso uno obligatorio


Antes de invertir un solo euro, necesitas saber si el cambio de uso está permitido. No todos los locales pueden convertirse en restaurante, por mucho que estén bien ubicados. Lo primero es acudir al Ayuntamiento y solicitar un informe urbanístico. Ahí te dirán si el uso “hostelería” es compatible con el edificio o la zona. Si el plan urbanístico lo permite, entonces puedes seguir con el proyecto. Si no, mejor ni lo intentes porque te vas a topar con un muro legal.

¿Y la cocina? El centro de todo restaurante


Uno de los retos más importantes en esta transformación es el espacio para la cocina. En una tienda, este espacio no existe y hay que construirlo desde cero. Aquí entran en juego detalles técnicos clave: ventilación, suelos antideslizantes, paredes lavables, y por supuesto, superficies de trabajo higiénicas. Por ejemplo, la instalación de una mesa acero inoxidable es imprescindible. No solo es resistente, sino que cumple con las normativas sanitarias y facilita la limpieza diaria que exige cualquier inspección de sanidad.

Evita sanciones: apuesta por extracción profesional desde el inicio


Además de una cocina funcional, es obligatorio contar con un sistema de extracción de humos que cumpla la normativa. No vale un simple extractor doméstico. Se necesita una campana extractora industrial, conectada a una chimenea que llegue al tejado del edificio. Aquí es donde muchas transformaciones fracasan: si el local está en planta baja de un edificio de viviendas, necesitas permiso de la comunidad para subir esa chimenea. Sin extracción, no hay cocina. Y sin cocina, no hay restaurante. Así de claro.

Trámite clave: la licencia de actividad


Una vez que el local esté adaptado físicamente, el siguiente paso es tramitar la licencia de actividad. Este documento certifica que tu restaurante cumple con todas las normativas de seguridad, accesibilidad, sanidad y ruido. Para conseguirla, necesitas un proyecto técnico firmado por un arquitecto o ingeniero, y validado por el Ayuntamiento. No lo dejes para el final ni lo subestimes. Sin esta licencia, el negocio no puede abrir, y si lo hace, se arriesga a sanciones económicas importantes o incluso al cierre forzoso.

¿Qué hacer si no hay salida de humos? Alternativas posibles


Imagina que tu local no tiene posibilidad de instalar una salida de humos hasta el tejado. ¿Estás perdido? No del todo. Existen alternativas como la cocina sin humos, basada en hornos eléctricos y sistemas de filtrado avanzado con carbón activo. Eso sí, estas opciones están más limitadas en cuanto a tipos de alimentos y técnicas de cocina. También hay que justificarlo muy bien en el proyecto técnico, y no todos los Ayuntamientos lo permiten. Antes de lanzarte, consulta con un técnico especializado en licencias de restauración.

Sistemas contra incendios: protección obligatoria


Los locales que pasan de tienda a restaurante deben tener un sistema de prevención de incendios. Esto incluye extintores, detectores de humo y, en muchos casos, un sistema de extinción automática en la campana de cocina. Esto último es especialmente importante si vas a trabajar con freidoras o fuegos abiertos. No solo es una exigencia de los seguros, también es una garantía de seguridad para ti y para tus clientes. Olvidarlo puede costarte caro, tanto en inspecciones como en una emergencia real.

Adaptaciones en accesibilidad y aseos


Los restaurantes tienen que ser accesibles para personas con movilidad reducida. Si tu antiguo local no lo era, tendrás que hacer reformas: rampas, puertas con ancho suficiente y al menos un aseo adaptado. Esto se aplica incluso en locales pequeños. Además, los aseos de un restaurante tienen que estar completamente separados de la cocina y contar con ventilación adecuada. Si piensas mantener los antiguos baños de la tienda, olvídalo. Tendrás que rehacerlos.

Insonorización y control de ruidos: lo que nadie te dice


Una tienda no genera ruido, pero un restaurante sí: música ambiente, conversaciones, vajilla, maquinaria… Si el local está en una zona residencial, necesitarás un informe acústico y probablemente trabajos de insonorización. No es un capricho del Ayuntamiento: es una exigencia legal. Si no cumples con los decibelios permitidos, puedes recibir denuncias vecinales y sanciones. Esto también influye en la obtención de la licencia de actividad. Así que no escatimes en aislamiento.

Decoración y mobiliario: no todo es diseño bonito


Cuando pienses en decorar tu nuevo restaurante, recuerda que hay elementos que no son solo estética, sino también funcionalidad y normativa. Las sillas deben ser resistentes, las mesas fáciles de limpiar y el recorrido entre ellas suficiente para que los camareros se muevan sin chocar. También debes tener cuidado con la iluminación, los materiales de los revestimientos y los elementos colgantes. La normativa puede limitar incluso dónde colocas una lámpara si está sobre una zona de paso o evacuación.

No lo hagas solo: busca ayuda profesional desde el inicio

 Transformar una tienda en restaurante no es algo que puedas improvisar. No es solo cuestión de poner una cafetera y un par de mesas. Implica conocimiento técnico, cumplimiento legal y decisiones de inversión bien pensadas. Por eso, lo más sensato es contar desde el principio con un equipo profesional que incluya arquitecto, instaladores y asesores en licencias. Ellos te evitarán errores costosos, te orientarán con soluciones prácticas y te ahorrarán mucho tiempo en trámites.

Casos reales: lo que se puede y lo que no se puede hacer


Un ejemplo claro es el de un local en Valencia, antiguo comercio de ropa, que fue transformado en restaurante de tapas. Al estar en planta baja con fachada amplia, permitieron la salida de humos, pero exigieron aislamiento acústico completo. En cambio, otro caso en Madrid, en un sótano que antes era librería, no pudo obtener licencia de restaurante porque no permitía una salida de humos ni accesibilidad para personas con movilidad reducida. El proyecto se reconvirtió en una tienda gourmet sin cocina caliente. La diferencia entre éxito o fracaso está en conocer las limitaciones desde el principio.

Tu idea es posible, pero necesita planificación


Adaptar un local que era tienda para convertirlo en restaurante es posible, y muchas veces es una gran oportunidad de negocio. Pero no te engañes: el proceso es complejo, requiere inversiones y una buena estrategia. No basta con quererlo, hay que hacerlo bien. Empieza por consultar si el cambio de uso es viable, plantea un proyecto técnico realista y asegúrate de cumplir con todos los requisitos legales y técnicos. Y si necesitas ayuda, acude a profesionales que ya conocen el terreno. Tu futuro restaurante lo agradecerá.