Las aseguradoras y la seguridad en cocinas: ¿qué sistemas certificados exigen para las campanas extractoras?
Hay una verdad silenciosa que domina el mundo de la hostelería: el fuego no avisa, y las aseguradoras lo saben. En un sector donde el calor, el aceite y la actividad frenética conviven a diario, las compañías aseguradoras han decidido ponerse serias. Exigen más, revisan más, y sobre todo, penalizan más. Y es que, hoy, una cocina profesional sin sistemas certificados es casi un billete directo a la exclusión de cobertura.
Pero el fuego no se combate solo con papeles o certificados. Se combate con mobiliario de hostelería de acero inoxidable, con superficies resistentes, con una higiene impecable y con equipos que, además de cumplir la norma, sobreviven al día a día de un servicio de treinta comandas por hora. En este contexto, entender qué exigen las aseguradoras —y por qué— se ha convertido en una cuestión de supervivencia empresarial.
Por qué las aseguradoras han endurecido sus requisitos
Los informes de siniestros no mienten. Más del 60% de los incendios en hostelería se originan en la cocina, casi siempre en freidoras, planchas o campanas extractoras saturadas de grasa. Para una aseguradora, eso no son cifras: son pérdidas millonarias, litigios y pólizas en riesgo. Por eso, hoy se fijan en tres pilares fundamentales:
- Reducción del riesgo mediante sistemas automáticos que actúan sin intervención humana.
- Cumplimiento normativo verificable con productos certificados según normas europeas.
- Control documental que asegure trazabilidad, mantenimiento y revisiones anuales.
Y es que la certificación ya no es un lujo. Es una obligación. De ahí la importancia de invertir en una campana extractora industrial con motor que no solo ventile, sino que lo haga con garantías de seguridad y eficiencia energética.
El papel del mobiliario de acero inoxidable en la seguridad de las cocinas
Hay un detalle que muchos pasan por alto: una cocina profesional no se protege solo con sistemas de extinción. Se protege también con su estructura y su mobiliario. Las mesas, las campanas, los muebles neutros o las estanterías de acero inoxidable no son solo una elección estética o higiénica. Son parte del escudo pasivo contra incendios.
El acero inoxidable —impermeable, ignífugo, duradero y fácil de limpiar— impide la acumulación de grasa, mejora la disipación térmica y evita la propagación del fuego. Y esto, a ojos de una aseguradora, no pasa desapercibido. Cuanto más controlado esté el entorno, menor es el riesgo y, por tanto, más favorables son las condiciones de cobertura.
Los sistemas certificados que las aseguradoras reconocen
El estándar se ha definido con claridad. Las aseguradoras exigen que los sistemas automáticos instalados en cocinas industriales cumplan con las normas UL300, UNE-EN 16282-7:2018 o UNE 23510. Son certificaciones que garantizan que el sistema actúa con eficacia sobre grasa caliente, el combustible más habitual en este tipo de incendios.
Pero no basta con cumplir la norma: el sistema debe estar bien dimensionado. Cada instalación es única, y cada campana requiere un cálculo técnico adaptado a su caudal, dimensiones y disposición. De lo contrario, el riesgo sigue presente, aunque el equipo lleve el sello más prestigioso.
En ese sentido, elegir una campana industrial con motor adecuada y homologada no solo mejora la seguridad, sino que optimiza el rendimiento y la ventilación, reduciendo la acumulación de grasa que tanto preocupa a las aseguradoras.
Instalación profesional: el eslabón más débil o más fuerte
El error más común en la hostelería no es comprar un mal equipo, sino instalarlo mal. De poco sirve contar con la mejor campana o el sistema más avanzado si lo instala personal no autorizado. La aseguradora, al detectar una instalación sin certificado, tiene vía libre para rechazar la indemnización en caso de siniestro.
Por eso, los requisitos habituales incluyen:
- Certificado de instalación emitido por empresa autorizada.
- Certificación del sistema y declaración de conformidad.
- Informe anual de revisión técnica conforme al RIPCI (RD 513/2017).
Una cocina profesional debe ser un entorno seguro, regulado y documentado. Y todo comienza con un diseño inteligente, con materiales ignífugos, acero inoxidable en cada superficie y sistemas de extinción que cumplan con la norma UNE EN 17446, la referencia técnica más actual para instalaciones seguras en cocinas industriales.
Qué ocurre si no cumples con los sistemas certificados
Las consecuencias de la improvisación pueden ser devastadoras. Cuando se produce un incendio, las aseguradoras revisan tres aspectos con lupa:
- El origen del fuego.
- La existencia (o no) de sistemas certificados.
- La documentación técnica y el historial de mantenimiento.
Si detectan deficiencias, pueden optar por:
- Reducir la indemnización: se interpreta que el titular no minimizó el riesgo.
- Negar el siniestro: en caso de ausencia total o parcial de sistemas automáticos certificados.
- Aumentar la prima: incluso si se paga la indemnización, el coste de la renovación puede dispararse.
Normativa vigente que respalda las exigencias
Las aseguradoras no actúan por capricho. Sus requisitos se apoyan en normativa sólida:
- RIPCI (Real Decreto 513/2017): regula instalación, mantenimiento y periodicidad de revisiones.
- UNE-EN 16282-7: establece las condiciones de seguridad en cocinas profesionales.
- UNE 23510: define los sistemas fijos de extinción en entornos industriales.
- UL300: certifica la eficacia real frente a incendios de grasa caliente.
- Normativas autonómicas y municipales: algunas exigen sistemas automáticos para conceder licencias.
Ventajas de cumplir con las exigencias de las aseguradoras
Instalar un sistema certificado no solo es un requisito legal o asegurador. Es una inversión en tranquilidad. Entre sus ventajas:
- Activación automática en segundos.
- Control del fuego antes de alcanzar techos o conductos.
- Evita propagación y daños estructurales.
- Reduce pérdidas económicas y tiempo de cierre.
- Mejora el valor de la póliza y las condiciones del seguro.
Así que, un sistema certificado y un mobiliario de hostelería de acero inoxidable son dos caras de la misma moneda: prevención activa y pasiva trabajando en conjunto.
Recomendaciones finales: lo que toda cocina profesional debería tener
Para evitar sanciones, rechazos de seguro o pérdidas irreversibles, toda cocina profesional debería garantizar:
- Sistema de extinción certificado (UNE o UL300).
- Instalación por empresa homologada y documentada.
- Campana y mobiliario en acero inoxidable con mantenimiento regular.
- Revisiones anuales conforme al RIPCI.
- Registro documental completo de limpieza y mantenimiento.
El fuego no perdona, y las aseguradoras tampoco. Pero con el equipamiento adecuado, una documentación impecable y un entorno de acero inoxidable donde todo encaja, la cocina deja de ser un riesgo y se convierte en una fortaleza.
Las aseguradoras y la seguridad en cocinas forman hoy un binomio inseparable. Exigen sistemas certificados, instalaciones profesionales y mobiliario robusto, no por burocracia, sino porque saben que cada elemento cuenta. En un sector donde la prevención marca la línea entre el éxito y el desastre, la decisión está clara: invertir en seguridad es invertir en continuidad. Y todo empieza por una campana, un sistema certificado y una cocina construida sobre acero inoxidable.